Desde pipas, bongs, bubblers, hasta papeles de blunt, chilums, caños o porros. No hay duda de que nos encanta quemar nuestra marihuana favorita para inhalar el dulce aroma y experimentar los increíbles efectos que conocemos y adoramos.

Algunas de las razones por las que disfrutamos de fumar cannabis: es un proceso simple, sabe delicioso y te coloca. Pero como con la mayoría de nuestra tecnología, los métodos de consumo de cannabis se han quedado obsoletos, a medida que nuestros conocimientos aumentan y aparecen nuevas ideas.

Ahora sabemos que al quemar la hierba se producen muchas sustancias químicas perjudiciales para la salud, como alquitrán y el monóxido de carbono.

Además, quema la mayoría de los cannabinoides y características aprovechables de la marihuana y deja un olor intenso en la habitación o se impregna en tu ropa. Muchos cannabinoides se queman y se consumen durante el proceso de combustión y no llegan al cuerpo del fumador.

Para solucionar los problemas de quemar la marihuana ha llegado, y parece querer quedarse, el vaporizado.

Los vaporizadores se llevan usando en diversas formas desde los años 90, principalmente como alternativa al consumo de tabaco.

Conocidos habitualmente como cigarrillos electrónicos, estos vaporizadores de nicotina usan una mezcla de propilenglicol y glicerina vegetal con nicotina y aromas para lograr el efecto de fumar un cigarro, pero con muchos menos riesgos para tu salud porque no producen cancerígenos y toxinas como el monóxido de carbono o el alquitrán.

Estas sustancias se conocen como "e-líquidos". Recientemente, el cannabis se ha utilizado en e-líquidos añadiendo un concentrado de cannabis en la solución. Y otros están fabricados especialmente para vaporizar hierbas.

El vapor producido por los vaporizadores de hierbas secas contiene aproximadamente un 95% de cannabinoides y un 5% de flavonoides (pigmentos vegetales solubles en agua que son beneficiosos para tu salud) y un hidrocarburo policíclico aromático (un compuesto que incluye carbono e hidrógeno).

Vaporizar cannabis no produce ninguna de las toxinas que se generan al fumar, porque la materia vegetal sólo se calienta hasta el punto en el que los cannabinoides pasan de estado sólido a gaseoso, alrededor de los 200ºC.

La investigación ha demostrado que el THC puede provocar la muerte de células dañadas y evitar su reproducción. Lo cierto es que fumar cannabis no ha demostrado ser una causa de cáncer de pulmón, aunque el humo sí contiene multitud de agentes cancerígenos.

Dicho esto, vaporizar los cogollos permite al consumidor disfrutar de los efectos positivos de los terpenos sobre la salud, como su efecto anti-inflamatorio, sin ningún residuo innecesario o dañino.

El efecto obtenido con un vaporizador es más "lúcido", ya que no inhalas ninguna sustancia química adicional. El vapor no deja rastro, así que es más discreto e incluso puedes usar tu material ya vaporizado para cocinar con él, sacando así el máximo partido a tus cogollos.

La selección de vaporizadores de hierbas secas en el mercado es enorme y va desde lo más sencillo y elegante, hasta la extravagancia tecnológica más absoluta, con dispositivos de mano para un transporte fácil (ideales para viajar) y uso sencillo, o vaporizadores de sobremesa con mando a distancia y ajustes de temperatura regulable, para las sesiones más fuertes.

Hay alternativas para satisfacer las necesidades de cualquier consumidor y vale la pena darle una oportunidad. Incluso aunque no lo uses en todo momento, es interesante tener la opción a tu alcance.