La importancia del lavado de raíces
El cultivador debe considerar todas las variables posibles para obtener un óptimo resultado de su cultivo, y así obtener un producto final con las características que busca el cultivador, para esto se debe poner atención en diferentes factores, dependiendo lo que se busque del cultivo.
Pero sin lugar a dudas, si te importa el sabor que tendrá tu yerba al fumarla, debes poner especial atención al lavado de raíces, ya que este paso es fundamental para decidir qué tipo de sabor obtendrá la cosecha al final de todo el proceso.
Para qué sirve el lavado de raíces
Al realizar el lavado de raíces, se eliminará los excesos de nutrientes que contenga el sustrato donde se encuentra la planta, y se evitara la permanencia de fertilizantes y minerales en las flores, lo que mejorará el sabor al fumarlas, cocinarlas, o para lo que las disponga el cultivador.
El lavado de raíces es un proceso que se puede realizar de varias formas, dependiendo lo que busque el cultivador, o del tiempo que disponga.
Existen productos que nos ayudarán a realizar el lavado de raíces, productos que son de fácil aplicación, y que permiten realizar la cosecha hasta 1 día después de su aplicación, dependiendo del producto.
También podemos realizar el lavado de raíces solo con agua, este proceso puede ser paulatino, lavando las raíces de forma progresiva, se debe aplicar 3 veces la cantidad de agua que puede retener la maceta que contenga la planta, este proceso se puede hacer en varios días, mientras más se extienda en el tiempo, mejor será el lavado de raíces, y mejor será el resultado final de la cosecha.
Instrucciones para un correcto lavado de raíces
Durante este proceso es importante dejar de fertilizar las plantas al menos 2 días antes del lavado de raíces, así la planta podrá aprovechar los nutrientes entregados, y no se perderá el fertilizante.
También hay que poner atención en los niveles de humedad que presente el sustrato, es ideal que el sustrato se encuentre en un estado un poco carente de agua, para no ahogar las raíces, y también para evitar una posible pudrición de las raíces.
Dentro de lo posible, resulta ideal controlar el agua con la que se realice el lavado de raíces, que contenga una EC (electroconductividad) igual a cero, y un PH óptimo, según el sustrato que se utilice.
Luego de realizar un buen lavado de raíces, las plantas se tornaran de un tono amarillento en sus hojas más grandes, y estarán listas para ser cortadas, manicuradas, secadas, curadas y consumidas.
Para saber bien el momento exacto de la cosecha, recomendamos examinar minuciosamente los tricomas.
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